viernes, 3 de septiembre de 2010

AL PRESIDENTE BOLIVIANO

Señor Presidente:
Esta carta la escribo luego de una exhaustiva observación de los acontecimientos que día a día se van desarrollando. Al principio me pareció bien que una persona de origen humilde pueda tomar las riendas del Estado, aunque con cierta preocupación por la falta de educación y cultura sobre el laberinto que constituye el manejo social y económico de un país.
Podría haber sido un gran gobierno DEL PUEBLO PARA EL PUEBLO, lastimosamente veo que no ocurre así, que su gobierno se ha convertido en una especie de "venganza". No somos tan tarados como piensan algunos, para no darnos cuenta de lo que es obvio: usted y sus compañeros, están cegados por el deseo de vengarse de quienes no han votado por su partido, de quienes (aún siendo de su partido) valientemente denuncian la corrupción e injusticias que se están llevando a cabo. Es más, a tanto llega su inquina, que se estrellan contra personas inocentes por el solo delito de llevar el apellido de sus opositores o ser parientes lejanos. No se quedan atrás países o instituciones internacionales que no comulgan con sus ideas o que, como argumento cinéfolo, se encuentran "conspirando" junto a sus opositores.
Me parece que usted o es mal asesorado, o realmente no sabe lo que es ser PRESIDENTE de un país. Si se le dió el mando era para que gobierne para TODOS LOS BOLIVIANOS, sean amarillos, negros o azules; para que ADMINISTRE sabiamente en beneficio de todos no para unos cuantos seguidores o "llunkus" del gobierno y mucho menos para su propio beneficio. Parece que el ser gobernante para usted significa acaparar y ser dueño absoluto de todas las instituciones públicas y las privadas, como si estuviera dirigiendo un "ayllu". ¿No sabía que el tener opositores es una especie de contrapeso en la balanza? Un gobernante sabio debe saber administrar en forma correcta y leal aún sabiendo que sus opositores le criticarán o atacarán. Al final serán sus obras las que hablen por él.
Es una pena ver que ahora bajo la mal denominada "expropiación" se vayan adueñando de propiedades y fortunas de quienes no comulgan con sus creencias. Lo grave es que todo está siendo publicado hacia el exterior, mostrando una pobre imagen de un país que con un gobierno originario podría haber dado un gran ejemplo de verdadera democracia.
Ojalá que recapacite a tiempo, señor Presidente, y abra los ojos a la realidad actual. No siga viviendo en un falso pasado.
Atentamente
Una ciudadana afligida

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