martes, 2 de marzo de 2010

A M AHIJADA

Querida ahijada:
Ayer estuve con tus padres y me dieron mucha pena al verlos llorar mientras me contaban como estaban siendo maltratados por su querida hija.
¿Que te paso? Porque habiendo sido una buena hija ahora que ya te casaste y formaste un hogar, te convertiste en las más arpía de las personas?
Quiero recordarte como sufrieron tus padres para salir adelante. Tu padre trabajó de albañil y tu madre era trabajadora del hogar, oficios humildes y generalmente mal pagados, pero que les permitió ir ahorrando para hacerse una casita, aparte de haberte mantenido durante tantos años y pagado tus estudios.
No es justo que ahora quieras adueñarte de su casita y botarlos a la calle, eso no es propio de una hija, pienso que estás siendo asesorada por algún ser maligno, ya que otra cosa no puede pasar por mi mente. Por Dios, recapacita y mira dentro de tí, haz que vuelva a aflorar ese espíritu de compasión que te caracterizaba, no cometas el delito atroz de echar a tus viejitos a la calle y quitarles lo único que tienen, su casa.
Sé que te va a molestar que me entrometa, talvés ni leas esta carta, pero voy a seguir no solo escribiendo sino también tratanto de comunicarme o encontrarme contigo, para ver si te hago reaccionar de una vez.
Me despido con la esperanza de que leas esto y cambies, pidas perdón a tus padres y los dejes pasar su vejez en paz.
Tu madrina

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